En los años cuarenta, en el estado sureño de Louisiana, un joven negro es injustamente acusado del asesinato de un tendero blanco. Durante el juicio, su abogado, también blanco, lo equipara con un puerco leal, para indicar que no tenía conciencia de lo que hacía. Tras ser condenado a muerte, su madre y su tía piden al maestro del pueblo que lo visite diariamente para convencerlo de que no es un animal sino un hombre lleno de dignidad.