El joven Sabu trabaja en una empresa portuaria como lacayo del patrón de personal, a quien profesa lealtad absoluta después de que éste le salvara la vida en la guerra cuando él tenía cuatro años. Cuando los trabajadores se declaran en huelga y empiezan a promover la creación de un sindicato, Sabu será el encargado de silenciar las protestas por medio de la violencia, sin ser consciente de las terribles consecuencias que ello acarreará.