Durante una de sus habituales excursiones al pantano, Irene conoce a Nereia, la misteriosa hija del ingeniero que reconstruyó la presa. Por algún extraño motivo, su padre la tiene aislada en la residencia que levantó a orillas del embalse, por lo que nunca ha llegado a relacionarse con otras personas. En un intento por devolverle la juventud que le ha sido negada, Irene decide integrarla en su grupo de amigos. Será entonces cuando descubran que jugar con lo desconocido puede tener un precio muy alto.