La novicia Sarah es secuestrada, drogada, violada y dada por muerta. Pero, aunque malherida, sigue viva y su fe es aún más fuerte, sobre todo tras recibir un mensaje muy claro de Dios: Véngate de tus agresores. Armada con la fuerza de su religión y con balas de un gran calibre, buscará a sus agresores para darles la extrema unción.