Un cura de edad, que tiene ideas anticuadas, es destinado para ejercer el apostolado en un barrio de los suburbios de Madrid. Allí, el clima revolucionario y el carácter antirreligioso de los feligreses hace fracasar todos sus intentos por atraerlos. El Arzobispado le amonesta y le pide que renueve sus métodos, tomando como ejemplo a un joven sacerdote de una parroquia moderna. El viejo cura trata de aplicar en su ambiente lo que ha visto en la parroquia modelo, desencadenando toda una serie de peripecias.